Política económica en tiempos del COVID-19

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Entre los diversos impactos que está produciendo la pandemia de COVID-19, sin duda aquel que afecta a la economía es uno de los que genera mayor inquietud e incertidumbre.

Al respecto, comenta el recién nombrado Coordinador del Magíster en Políticas Públicas y Gobernanza Territorial, Marcelo Olivares Arenas, programa dependiente del Instituto de Políticas Públicas UCN-Coquimbo.

“La pandemia del COVID-19 ha generado cierres, cancelaciones y restricciones a la movilidad de la población, medidas necesarias, cuya efectividad depende de las posibilidades de fiscalización de la autoridad y de la cooperación de las personas”.

“Las medidas antes mencionadas generan costos económicos importantes como consecuencia de la brusca disminución tanto del gasto agregado, como de la producción. Esto implica un efecto contractivo mucho más intenso e inmediato que una perturbación de demanda que genera ciclo negativo, donde los stocks y la producción van ajustándose en el tiempo a una menor demanda; por ejemplo, producto del deterioro de expectativas frente al ciclo político o una menor demanda externa”.

Pérdidas casi inmediatas

“Actualmente, en tiempos del COVID-19, tanto el deterioro en las expectativas como la discontinuidad de las actividades afectan fuertemente el gasto y la capacidad de producción, con los sectores turismo, comercio, restaurantes, entretenimiento y de bienes durables, enfrentando pérdidas casi inmediatas que amenazan empleos y el cierre de empresas. Esto genera sin duda un fuerte efecto económico contractivo, que justifica una política fiscal activa en la línea de lo que ha propuesto la autoridad: subsidios, postergación de obligaciones tributarias y el uso de los fondos acumulados por empleadores y trabajadores para enfrentar el desempleo”.

Trabajo informal

“Sin embargo, es necesario considerar que según cifras de la última Encuesta Nacional de Empleo del INE, el 30% de los trabajadores en Chile (35% en la Región de Coquimbo) se desempeña de manera informal, al margen del sistema nacional de seguridad social, siendo necesario extender el apoyo a este grupo, el cual, además de no estar cubierto, tiene una mayor probabilidad de perder su empleo ante relaciones laborales frágiles o simplemente por la disrupción de lo cotidiano. Frente a esto, el gobierno debiera avanzar en la definición de transferencias monetarias directas que compensen la pérdida de ingresos, tanto por una razón social como por el efecto multiplicador que esto genera sobre la economía a través del consumo”.

“Por otro lado, si bien el efecto escala de la contracción es importante, también existe un cambio en la composición del gasto con una mayor demanda hacia las actividades de salud, protección y aquellas relacionadas con necesidades básicas, donde los acaparamientos, las aglomeraciones y los aumentos de precios justifican un rol más activo por parte del Estado en su monitoreo, el cual permita frenar a tiempo la especulación y garantizar el suministro, así como también el orden público”.

“Desde el punto de vista de la oferta, la pandemia ha generado suspensiones y disrupciones en las cadenas de valor a nivel global, con interrupciones en China, Estados Unidos, Europa y de manera creciente en nuestro país. Estas relaciones además de sufrir el impacto económico recesivo, representan vías de transmisión del virus, por lo cual el establecimiento de requerimientos sanitarios es necesario, pero también representa un costo adicional en recursos y tiempo sobre cadenas de suministro que ya han perdido dinamismo. Esto pudiera traducirse en presiones inflacionarias adicionales a aquellas provenientes del aumento frenético del tipo de cambio”.

“Sin embargo, el Banco Central ha dado una clara señal, al disminuir hasta 0,5% la tasa de política monetaria, que el efecto escala de la contracción sobre los precios será mayor que la presión inflacionaria del cambio en la composición del gasto y el aumento del tipo de cambio. Aunque quedará por verse si el sector financiero reacciona frente a estas medidas y provee de liquidez y mejores condiciones crediticias a familias y empresas, ya sea para detener a tiempo su quiebra o impulsar la recuperación”.

Provisión de bienes públicos

“De esta manera, mientras continúen los contagios por COVID-19, el problema sanitario y su contención tendrá un costo económico importante, y la solución seguirá siendo la provisión de bienes públicos: el control de la pandemia, el orden público y el resguardo de los equilibrios económicos. Por lo tanto, seguirá siendo necesaria la acción proactiva del Estado para contener el deterioro de la economía e impulsar su recuperación, la cual debiera considerar un gasto público eficiente, pero sobre todo focalizado, que tenga en cuenta las deficiencias del mercado laboral y la desigualdad que existe en Chile, tanto en términos de ingresos, como en el acceso a servicios y bienes públicos”.

El autor

Marcelo Olivares Arenas es Ingeniero Comercial por la UCN-Coquimbo, Master of Economics, University of Sydney (Australia), y Master of Science in Environmental Economics and Climate Change, London School of Economics and Political Science (Inglaterra).

Su área de investigación es la Economía Ambiental y el Desarrollo Económico.

Contacto: [email protected]