En nuestra región el litio se encuentra en salares, en la forma de salmuera, junto a otros valiosos  minerales como potasio, sodio, boro, sulfatos y cloruros. Un de las mayores reservas está en el  Salar de Atacama, donde también están las mejores condiciones del mundo para su explotación,  dada la alta ley en que allí se encuentra, la ausencia de elementos contaminantes y la gran tasa  de evaporación por el calor y la sequedad existente, que redundan en una faena de extracción  eficiente. 

La reactivación de la economía nacional y regional, necesaria para enfrentar la fase post  pandémica consolida la participación de algunos minerales estratégicos como el litio en los  mercados globales, indispensable para la fabricación de vehículos eléctricos e impulsar los nuevos  paradigmas de la transición mundial hacia economías bajas en carbono y sustentables. Este  mineral, del cual Chile y Antofagasta poseen un gran potencial, está llamado a revolucionar la  movilidad y los sistemas de transporte en el contexto del cambio tecnológico y climático, de allí su  importancia como recurso estratégico hacia el futuro. 

Chile posee el 54% de las reservas mundiales de litio. De ellas, cerca del 20% es explotada en el  Norte Grande. Según datos de la Comisión Nacional del Litio, se estima que en 2025 la demanda  por este mineral crecerá un 8%. 

Sin embargo, a pesar del potencial que presenta Chile y la Región de Antofagasta para la  producción de un material estratégico en el contexto de la transición tecnológica y climática,  existen déficit de un modelo de gobernanza consensuado, que integre armónicamente el cuidado  de los ecosistemas, el patrimonio cultural y humano de los pueblos originarios, el papel de las  empresas y el gobierno. Lo cual, requiere una gobernanza fortalecida en base de la información y  el diálogo entre las partes, que permita el desarrollo de una actividad nacional y regional que sea  ambiental, social y económicamente sostenible.