El fenómeno Parisi en el desierto

Columna de Opinión por Cristian Rodríguez, director del Instituto de Políticas Públicas UCN

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Una de las novedades de la última elección presidencial fue el casi 13 % obtenido por el candidato Franco Parisi. Un porcentaje que se vio impulsado por el alto desempeño electoral en las regiones del norte. En particular en la de Antofagasta, obtuvo el primer lugar con un 33,9 % de los votos y en la segunda comuna con más electores como Calama superó el 40 % de los votos.

Al respecto se ha dicho que los sectores aspiracionales, políticamente despolitizados, que no encuadra en el eje derecha o izquierda, y más que eso altamente desafectados y desconfiados con la política, lo cual determina conductas al momento de votar de alto pragmatismo en función de sus intereses. Algo de cierto hay en esa descripción; sin embargo, aquellas simplificaciones no permiten profundizar un poco más allá de la superficie de aquel electorado. Una realidad que no fue del todo visible en el ambiente alta polarización que se vivió previo a la elección de primera vuelta.

¿Cuáles son los factores que permiten complementar lo señalado, y caracterizar con más precisión al votante que se sintió atraído por el candidato del PDG en el norte del país y en Antofagasta en particular?

En primer lugar, hay factores causales que remontan más atrás en el tiempo. En la campaña del 2013, Parisi había detectado la existencia en el norte de amplios sectores medios afectados por las externalidades negativas del fin del superciclo del cobre, que se reflejan en desempleo, caída de los ingresos y ajustes de los contratos de proveedores de bienes y servicios.

En segundo lugar, el deterioro del bienestar de familias y empresas tuvo como principal vía de escape un aumento del endeudamiento con el sistema bancario y de retail. De acuerdo con la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), el endeudamiento de personas y empresas de la región de Antofagasta con el sistema financiero y no bancario es el más alto del país, solo superado por la región de Aysén. El inicio de un nuevo superciclo de los precios del cobre en el 2019, fue contrarrestado por las consecuencias económicas y sociales de la crisis sanitaria que afectó al país y la región. Una crisis apenas con tenida por las ayudas sociales y los retiros de las AFP, pero que no permitieron detener el deterioro del bienestar de amplios sectores medios de la sociedad nortina.

En tercer lugar, entre la campaña del 2013 y el 2021 Parisi leyó bien el malestar acumulado. Aprovechando la hiperconectividad digital de regiones como Antofagasta, dictó cursos y seminarios, propuso soluciones al endeudamiento y acciones para poner de pie a los emprendedores. Más específicamente, formuló medidas ampliamente sentidas por los nortinos, como traer a Antofagasta la sede de Codelco y el Ministerio de Minería, junto con aplicar un royalty a las ventas del cobre.

En resumen, la alta votación de Parisi en el norte y en Antofagasta en particular es un fenómeno que interpretó, más que ninguna otra campaña, las consecuencias del fin de un período de auge de los precios, el deterioro del bienestar amplificado por la crisis sanitaria y el alto endeudamiento. Un conjunto de malestares, que la campaña encauzó a través de los medios digitales con propuestas específicas que apuntaron a las aspiraciones de un amplio segmento medio de la población nortina.